El vínculo y la relación que tenemos con nuestros padres es muy importante, ya que puede influir desde nuestra niñez hasta la vida adulta. En teoría, los padres tendrían que representar ese apoyo y guía que nos acompaña, especialmente cuando somos niños, pero sabemos que, en la realidad, no siempre es así. Las personas que tuvieron una madre ausente en la infancia pueden enfrentar varios retos y dificultades en la vida adulta. Si crees que este pueda ser tu caso, sigue leyendo, para que aprendas mas sobre este tema .
¿Qué es el síndrome de la madre ausente?
Este síndrome se presenta cuando somos pequeños, pero sus efectos pueden prevalecer en la adultez. Se da cuando el niño o niña percibe a su madre como distante, fría o inaccesible. Este síndrome se puede ver, por ejemplo, si la madre vive junto a sus hijos, habitan la misma casa y comparten varios momentos juntos al día, pero hay un claro distanciamiento emocional . También se puede dar cuando la madre no esté presente en momentos importantes en la infancia del niño. En otras palabras, el síndrome de la madre ausente tiene lugar cuando el hijo no está recibiendo el apoyo emocional necesario .
Tipos de madre ausente
Existen muchos motivos por los que una madre puede ser distante, por ejemplo, si no tiene tiempo debido al trabajo o si tiene alguna situación personal complicada, como un divorcio o algo similar. Por lo que se pueden distinguir varios tipos como:
Madre ausente o desconocida: cuando la madre decide dar en adopción al bebé.
Madre ausente involuntaria: cuando se ausenta porque debe ir a trabajar. En este caso, es muy probable que el niño se quede bajo el cuidado de familiares como abuelos, tíos, etc.
Madre ausente inmadura: cuando la madre se niega a asumir las funciones y responsabilidades que le corresponden como adulta. Todo porque quiere conservar su estilo de vida cuando no tenía hijos, por lo que desatiende al niño.
Consecuencias emocionales de una madre ausente
Las consecuencias de este síndrome pueden reflejarse hasta la vida adulta. Emocionalmente, se pueden presentar las siguientes señales si se tuvo una madre ausente:
Baja autoestima
Los hijos que sufren del síndrome de madre ausente pueden tener baja autoestima. La falta de conexión con su madre, puede hacer que desarrollen una percepción negativa de sí mismos. Además, en la adultez, pueden pensar que no son lo suficientemente valiosos como para ser amados. Estos adultos también pueden presentar problemas de autoconfianza, lo que ocasiona que tengan grandes dificultades a la hora de tomar decisiones.
Problemas de gestión emocional
Aquí hay dos motivos por lo que esto se pueden presentar problemas de gestión emocional:
Falta de una figura materna, el niño no aprende a regular sus emociones.
La falta de un apego seguro al niño se le puede dificultar expresar sus sentimientos de manera saludable.
Por lo que estos adultos pueden presentar muchos problemas para expresar o gestionar sus sentimientos y emociones. Lo que puede afectar bastante su salud mental.
Necesidad de aprobación
Otro punto, es que al no haber experimentado durante la infancia una validación en su hogar, se busca constantemente la aprobación externa. Esto puede ser muy problemático porque incluso, las personas se pueden abandonar un poco a sí mismo con tal de que no los abandonen. Es decir, que prioricen la relación o a otras personas sobre sí mismos. Este problema y otros, pueden ser derivados de la falta de amor propio..
Adultos con síndrome de la madre ausente
Las consecuencias emocionales por una madre ausente son muy probables que continúen hasta la adultez. Sin embargo, también existen otras, por ejemplo, estas personas también pueden presentar problemas para vincularse afectivamente con sus hijos, además, son más susceptibles a desarrollar dependencia en sus relaciones. Así que si te has identificado con estos puntos o estás consciente de que tienes el síndrome de la madre ausente, ir a terapia te puede ayudar mucho.
¿Sanar el síndrome de la madre ausente?
Esta parte puede ser difícil, ya que los sentimientos que puedas experimentar pueden ser muchos y hasta un poquito contradictorios. Lee las recomendaciones para este proceso.
1. Reconoce y valida tus emociones
A veces, consideramos que las emociones se dividen en positivas y negativas. Que la felicidad está bien, pero no tanto el enojo o la tristeza. Las emociones son naturales, y no hay positivas ni negativas. Si en este proceso de sanar sientes enojo o tristeza, está bien, nada de reprimir emociones. Aquí lo importante es justo conocer cómo gestionamos todas esas emociones. El primer paso es reconocerlas, darles un nombre y validarlas.
2. Practica el autocuidado
Para lograr hacer esto, sería bueno que te conocieras muy bien, para que puedas reconocer cuáles son tus necesidades en este proceso. A lo mejor necesitas pasar un tiempo alejado de tu familia o de tu mamá, o tal vez no. Probablemente, requieres adquirir herramientas de gestión emocional. Para poder cuidarte de manera adecuada es necesario que identifiques estas necesidades.
Además, es recomendable seguir o implementar rutinas saludables en tu vida diaria. Hábitos cool que te permitan cuidar de ti tanto física como emocionalmente.
3. Trata de empatizar
Cuando somos más pequeños, tal vez no vemos todo lo que implica ser adulto y estar a cargo de una familia. A medida que crecemos, muy probablemente podamos entenderlo de una mejor manera y, por ende, tal vez nos sea más fácil empatizar con nuestra madre. Puedes tomar en cuenta todo el contexto: la situación económica, las necesidades de la familia, etc. Importante, esto no implica justificar acciones, pero sí puede darle una explicación.
4. Perdonar
No es sencillo, lo sabemos. Se dice fácil, pero no lo es. Por eso este es el último paso quizás llegues más fácil llegar a este punto cuando ya entendiste la situación, expresaste y gestionaste todas tus emociones. Después de que pudiste ver las cosas desde la perspectiva de tu mamá. El perdonar a tu madre no implica olvidar o justificar. El perdón es la decisión consciente de dejar atrás el resentimiento y la ira. Algo que, incluso, te puede beneficiar más a ti, que a la persona a la que perdonas, si lo piensas bien.
Considera ir a terapia
Ya vimos que todas las consecuencias del síndrome de la madre ausente, sí pueden afectarte mucho de manera negativa. Recurrir a la ayuda profesional psicológica puede ser una buena opción para tratar todo eso de una manera segura. Recuerda que no necesariamente tienes que estar en una crisis para acudir a terapia, eso es un mito. Si crees que tienes muchas áreas de oportunidad en los puntos que mencionados, acudir a terapia siempre va a ser una excelente opción.
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